Para mi amiga argentina: Norma Aristeguy

Para mi amiga argentina: Norma Aristeguy
A toda edad se regalan rosas y estas son para ti.

domingo, 5 de diciembre de 2010

EL TAPIZ (A las mujeres del planeta)


El entretejido de los hilos me lleva a un enorme castillo, que en punto cruz desemboca en un colorido jardín. Las torres se alzan hasta las nubes más bajas. La trama viaja por los gritos de los caballeros, que montados en enormes corceles, llegan de alguna cruzada.

Es interesante pensar cuántos cuerpos infieles habrán atravesado sus espadas, atadas con la túnica o el pañuelo de alguna dama, que aunque parezca imposible, mantiene cautivos sus corazones.

Los puntos oscuros a la izquierda, destacan la crueldad de batallas medievales. Pesada herencia que se adorna con valientes armaduras.
Traen desde tan lejos en el tiempo, sangre, desafío y provocación. Parapetados en escudos de metal hacen de las ideologías, el puente conductor de los mejores delitos. Las enormes cruces de sus estandartes, los perpetuarán en una eterna guerra santa.

Los hilos se entrecruzan solidarios con sus armas, y el gentil y leal caballero, trabará batalla para probar su fidelidad religiosa. Para probar su virilidad y su devoción nacional.
Hoy, la devoción es particular, concisamente individual. En más de uno de ellos, somos un sueño de poder prometido a algún ser querido, como muestra de su realización y de sus logros.

Los principios austeros de la actual nobleza han cambiado, les preocupa nuestro bienestar y libertad. Pero no vienen a caballo, conducen desde las alturas, rodeando sus guaridas con altas defensas.
Las cruces a la derecha de la labor, hacen un entramado de voces que gritan lo que se oye, pero esconden detrás del símbolo rojo, toda la violencia y la ambición, que porta su dignidad superior.

Bordando. Bordando. Llegamos a los hilos dorados de las damas medievales. Soportando tiempos de queridas sometidas. Vestidos, capas y mantos en cruces de diferentes tonos. Adornos dorados y relucientes, para llevar el ojo visor hacia la abundancia de colores aparentes, que empujan la tensión a un sólo plano del tapiz.
Ahora los hilos se transforman en homenajes destacados un día al año. Y el clavicémbalo se ha transmutado en un bombo gigante que nos hace independientes, seguras y con poca ropa; y muchísimas tareas de responsabilidad, para las que no serían suficientes, todas las cruces surgidas, de todas las agujas del siglo.
Ya sin las lujosas y a veces abultadas y siempre largas faldas, hoy lucimos fastuosas hilachas brillantes, y en hilos de plata y oro, bosquejamos el cuerpo perfecto, desde escaparates electrónicos y mesas opulentas.
Los nudos del bordado disimulan el trofeo, son el ajuste de cada hilo que en masculinidad compartida, pinta cazadores de bisontes.

Casi sin variabilidad en los tintes modernos, nuestro caballero también trae el objeto cazado, y lo deposita a los pies de su dama, para que ella lo cocine mientras cuida del patrimonio familiar, de los hijos y del honor que pende de una placa, o de alguna herramienta que pusieron en sus manos cuando se abolió la esclavitud.
El inmenso castillo que aparece entre las cruces, en magnífico degradé de tierras y ocres, no permite vislumbrar en su interior, a alguna mujer con derecho al arte.
Por eso hoy orgullosamente, algunas pintamos, otras escribimos. Sin disponer de espacios tan grandes aunque, con un “cuarto propio”, con el que tampoco todas podemos contar.

En medio de esta liberadora independencia y plenitud de acción que hemos logrado, a veces consigo llegar a la concentración, a la reflexión y a la resolución, en medio de la vorágine de mis antiguas y nuevas obligaciones.
Me he quedado prendada de este tapiz que me permite bordar pensamientos en los momentos libres, sin dejar mis tareas de lado, sin verme
obligada a deshacerlo en las noches por la obligación de casarme con nadie, sin tener que desperdiciar hilo para ayudar a un amor, a salir de algún laberinto; sin esperar la llegada o el permiso, de un caballero retrasado en la cacería de nuestro alimento.
Ahora que he conseguido que al cabo de los siglos, la libertad del arte, me marque para siempre, sólo necesito del tiempo y del espacio, que me permitan las múltiples ocupaciones que han traído a mi vida, las conquistas sociales y políticas.
Falta la última hilera de puntos. Deberé sacrificar mis horas de sueño para terminarlo, y poder expresar así, su totalidad temática.
Será un maravilloso almohadón para que repose el cuerpo de mi amado.



Norma Aristeguy

2 comentarios:

MADY dijo...

Si nos faltase esa intima y profunda libertad de hilas, unir, componer paisajes, historias.
¿Quien recompondria al mundo?

Anónimo dijo...

Gracias Mady por tu comentario, profundo y tierno a la vez.
Norma

PEÑA FORATATA

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AUTOR: LUIS ANDREU

Para Aristeguy Norma Para marcar o ínicio de uma amizade 28/5/2011

Para Aristeguy Norma Para marcar o ínicio de uma amizade 28/5/2011
FOTOGRAFÍA DE MARÍA BRANCO REAL

FOTOGRAFÍA DE TERESA MARTÍN. (PRAIA DAS CATEDRAIS)

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con todo mi cariño te la dedico NORMA ARISTEGUY

GALICIA.FOTOGRAFÍA DE JORDI NAVARRO

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dedicada con cariño a mi amiga argentina Norma Aristeguy

HOMENAJE A ERNESTO SÁBATO

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GRACIAS MIGUEL CABEZA POR TU HOMENAJE EN LA WEB LITERARIA