
(¿Será posible? ¿a quién habrá salido tan rebelde esta chica?)mirá nena, es la hora del baño así que basta de caprichos! Pero yo me baño los sábados y domingos no quiero ahora! (Se me hace tarde y ésta sigue con su empaque) escuchame, tenés que bañarte para ir al colegio y yo tengo que irme a trabajar, nena por favor, ¡basta! ¡dejame desvestirte te digo! La madre tironea hacia abajo el pantaloncito de la nena mientras ésta se lo vuelve a subir, con un gesto de enojo que frunce su boca. (Tengo que convencerla de alguna manera, no va a poder ella más que yo, caramba!) dejate bañar porque si no, no ves dibujitos hasta mañana, no me importa yo quiero ser libre. Pero ¿qué decís? dejate de pavadas. La madre vuelve a tironear de la ropa, logra quitarle la remera, pero cuando baja el pantalón, la niña vuelve a tirar hacia arriba. ¡Te dije que no quiero!(tengo que encontrarle la vuelta, no sé qué le pasa hoy)¿no querés ir a la escuela?, sí, pero quiero ser libre como esas señoras que el rey no les puede decir lo que tienen que hacer! (No… a esta chica le pasa algo, no entiendo)¿qué señoras? ¿qué estás diciendo? Esas señoras que se juntan en la plaza y no quieren que el rey las mande, porque ellas quieren ser libres! ¡Y yo quiero ser libre como ellas! Las señoras y señores que gritan en esa plaza, yo quiero ser como ellos, y quiero ir a la plazoleta a jugar, ¡no quiero bañarme!¡a mí no me dice el rey que me tengo que bañar, y tampoco que me tengo que cambiar de ropa!
Norma Aristeguy